En la región amarilla,
república del banano,
a las mujeres se les descuelgan los niños.
Toda la comarca fracasa en sus partos.
Las mujeres llevan rojos los muslos
los hombres penes flácidos y secos.
Saben que el campo esconde
el veneno que reseca úteros y sembradores.
Saben que el campo escupe
cáncer, dolor, tumores.
Saben que el campo araña
para proteger el bienestar
que mastican los señores.
Saben que el campo esputa
coágulos de rabia.
Saben que el campo mata,
rápido o con mesura.
Saben que lejos pagan
por esconder los cadáveres.
En la región amarilla,
república del banano,
a las mujeres se les descuelgan los niños,
los hombres poseen penes yermos.
Trabajan en el campo.
Hombres mujeres, niños...
Rumiarán después
con sabor amargo.
Y tejerán en el sudario
el siguiente epitafio:
El campo fue nuestro cadalso.

En los años 70 más de 30000 trabajadores fueron expuestos a un pesticida volátil de amplio uso en las plantaciones de banano e América Central, según sindicatos agrícolas de la región. Las consecuencias incluyen numerosos casos de cáncer, defectos congénitos y esterilidad. En Nicaragua, 8000 trabajadores afectados demandaron a las firmas internacionales que fabricaron y distribuyeron la sustancia química e cuestión. Una ley aprobada en 2000 respalda la posición de los trabajadores pero su aplicación está amenaza por presiones de la embajada de Estados Unidos.

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Datos de la autora

Silvia Delgado Fuentes, España, 1968 | Nació en un pueblo de la rioja alavesa, desde entonces hasta ahora, es nómada de pieles y geografías. Difunde sus versos en montajes que realiza alternando texto, música e imágenes. Es autora de los siguientes libros de poemas: “Ángeles cotidianos”, “Y que hablen en mis palabras”, “No está prohibido llorar con los supervivientes”, “Las cuarenta chimeneas del infierno”, “Canción inútil para Palestina” y “Nanas de rodillas”.